lunes, 4 de agosto de 2014

Miryam Rafaela Reyes González

     Camino y pienso, pienso y camino. Rodeo las calles de mi ciudad y no veo pasar a esa llamada fraternidad, he escuchado charlar a la gente de mi hogar que el ser ciudadano es para votar pero yo sigo pensando y caminando, caminando y pensando en que hoy soy mayor de edad, hoy me toca votar. Quizá no sepa hablar pero sé que hay que enseñar a aquellos que no saben diferenciar. La fraternidad no sólo está en votar, también en el actuar pues desde siempre se es ciudadano en el lugar que le tocó estar.
     Soy un ciudadano fraterno, me he dicho a mí mismo, y por eso voy a enseñar a votar, voy a atreverme a hablar y decir que nada es igual; voy a participar. Nunca antes lo he hecho pero sé que entre el caminar y pensar, pensar y caminar encontraré más que la fraternidad.
     No se necesita ser mayor de edad para participar, simplemente pensar. Hay que involucrase en el actuar, en el pedir pero también en el dar. No hay que esperar a mañana para hacer presente a lo fraternal.
     Hoy quiero cambiar, hoy voy a ayudar, hoy voy a fraternizar por lo menos a los de mi hogar.

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